Recuerdas qué
le pasaba a Popeye cuando comía espinacas? Sí, se convertía en un hombre fuerte
y musculoso. En la vida real existe una pastilla que hace el mismo efecto, pero
en vez de músculos, fortalece tu organismo. No es una vitamina ni una hormona,
mucho menos una droga. Se trata de los ácidos grasos poliinsaturados omega-3:
eicosapentaenoico (EPA) y docosahexaenoico (DHA), que según explica el
gastroenterólogo Tony Conti, no son fabricados por el organismo y son de origen
marino.
La principal
fuente natural donde los puedes encontrar es en pescados azules de aguas muy frías,
tales como salmón, atún y sardinas. También están disponibles en cápsulas
blandas de aceite de pescado para facilitar su ingesta sin intervenir en la
dieta diaria.
Mujeres
saludables
Los beneficios
del omega 3 para la salud estos
ácidos grasos son infinitos y para la mujer aún más, ya que poseen funciones
específicas en el cuerpo femenino como suavizar los molestos dolores
menstruales. “Las mujeres que suelen consumir abundantes omega-3 a través de su
fuente natural y en cápsulas, verán reducir los síntomas derivados de la
menstruación, pues estos ácidos son precursores de una sustancia llamada
prostaglandina, la cual tienen un efecto antiinflamatorio y de regulación del
dolor”, explica el experto.
Una de las
razones por las que debemos consumir omega 3 es su facultad para actuar sobre
la esfera cardiovascular, beneficiando la disminución de triglicéridos, tensión
arterial y favoreciendo por completo al sistema circulatorio. “Una sustancia
llamada tromboxano, proveniente del EPA, evita la formación de coágulos, los
cuales conducen al infarto y a los accidentes cerebrovasculares”.
El omega 3
tiene acción estructural y funcional en la retina y son beneficiosos para la
articulación gracias a su efecto antitrombótico. Cuando se trata del cerebro,
ejercen la función de mejorar la memoria, menguar las depresiones y minimizar
los síntomas del Alzhaimer.
Mamás
omegas
Por qué
debemos consumir omega 3, por sus bondades para la mujer embarazada. El
especialista Tony Conti revela que además de todos los efectos positivos
descritos anteriormente, una futura madre puede transmitir a su bebé los ácidos
grasos a través del cordón umbilical. “El bebé estructurará un cerebro de mejor
constitución, desarrollando mejor su inteligencia y resultando más tranquilo y
con mayor agudeza visual por su acción sobre la retina. Cuando llegue la etapa
de la lactancia, el recién nacido podrá seguir beneficiándose en su desarrollo
a través de la leche materna y posteriormente por medio de alimentos”.
Píldoras
de lucha
La ingesta
excesiva de grasas y alcohol y la disminución del consumo de fibras dietéticas
y antioxidantes están muy relacionados con la incidencia del cáncer. El experto
explica que “estos excesos o defectos nutricionales hacen más comunes los
cánceres en el aparato digestivo, hígado, páncreas, mamas y próstata. Por el
contrario, el consumo de ácidos grasos omega-3 se asocia con una disminución en
la expresión de los cánceres de mama, colon y próstata”.
No obstante,
Conti resalta que distintos estudios han demostrado que estos ácidos grasos
tienen la capacidad de reducir el crecimiento de las células cancerígenas
humanas y pueden recuperar el sistema inmune de las personas afectadas. “El
consumo de omega-3 contribuye a dificultar la movilidad de las células malignas
y en consecuencia, reduce el riesgo de invasión y metástasis. Si se toma en
cuenta que la mayoría de las muertes por cáncer se debe a los tumores
secundarios, esto es realmente importante”.
fuente ;http://ve.emedemujer.com/
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