Las redes sociales convierten
tu vida en un libro abierto para todos tus contactos, y para aquellos que no lo
son. Y es que puede subir información sobre lo que estás comiendo en este
preciso momento, hasta cómo pasaste el fin de semana.
Pero,
¿qué tanto de tu vida es prudente compartir, si tomamos en cuenta que tu perfil
de Twitter, Facebook, Instagram y LinkedIn puede ser visto por colegas, jefes y
futuros empleadores?
Resolviendo
esa pregunta es que varios medios virtuales han reflexionado al respecto,
intentando dar una guía para aquellos jóvenes profesionales que, a pesar de su
trabajo, tienen la energía para salir a festejar constantemente y opinar sobre
temas delicados para la sensibilidad pública.
Para no
cometer errores y mantener la “cortesía virtual”, te mostramos los errores a la
hora de postear:
1. Quejarse sobre tu trabajo, tu jefe o colegas.
Comentar en tu estado que estás aburrido en tu trabajo, o los conflictos de
personalidad que tienes con los compañeros y/o jefe, es un craso error, que te
llevará, sin duda, a la lista negra en el área laboral y que, por esas
casualidades de los contactos, podría hasta ser visto por un futuro empleador
que puede no ver con buenos ojos que hagas público tu malestar.
Recuerda
que las redes sociales son una vitrina, a la que le puedes sacar buen provecho
para avanzar en tu carrera, si sabes manejarte en ellas, aconsejan en
Harpersbazaar.com.
2. Usar las redes para manifestar tus problemas personales. Las
redes sociales no son tu diario de vida. Imagina que existe una línea que
divide tu vida personal de tu vida “digital”, y mantente dentro de las
fronteras.
3. Publicar o ser etiquetado en fotos bebiendo y de fiesta. Sí,
hay fotos y fotos. Pero lo que el sentido común debiera indicarte es que tu
jefe o futuros jefes no debieran verte con la mirada distorsionada, mientras te
crees el rey/reina de la noche. Mantén una imagen seria en tu trabajo y
atraerás más respeto (y aprovecha las herramientas que existen para filtrar las
imágenes en las que te etiquetan).
En este
punto, también se puede mencionar la mención o imagen de una actividad ilícita
que te involucre (ejemplo, drogas o manejar en estado de ebriedad). Claramente,
algo que no le puedes confesar a un carabinero tampoco debieras compartirlo en
las redes sociales.
4. Ser controvertidamente ofensivo en los posteos. Si bien, hoy
por hoy, es de común uso escribir tus disgustos, sumo cuidado cuando tus
palabras se refieran a temas sensibles (los típicos: política, religión, etc.),
ya que si llegan a leerse con un dejo de insulto hacia el resto, podría
quitarte un puesto en un trabajo soñado, aseguran en Harpersbazaar.com.
5. Mostrarse algo insistentemente pesado con una oferta de trabajo. A
través de LinkedIn o hasta Twitter se puede acceder a información tan útil para
un joven profesional, como entrevistas de trabajo o cupos que han quedado
libres y que se ajustan totalmente a sus intereses. Sé educado, busca el
contacto, haz saber tus intenciones, pero no te transformes en un odioso que
envía a cada rato o todos los días nuevos mails o solicitudes para quedarte con
el puesto.
6. Dar información a la competencia. Hay
que tomar en cuenta el recato a la hora de compartir qué se está haciendo.
Escribir lo feliz que estás en este nuevo proyecto del trabajo podría darle
información valiosísima a la competencia.
Fuente: http://blog.banesco.com/blog/
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